La palabra Leasing proviene del inglés y es posible traducirla como “arrendamiento financiero”. Por Leasing se comprende un contrato realizado entre dos partes, compuestas por un arrendador financiero y un arrendatario financiero. El contrato de Leasing consiste en que el arrendatario financiero obtiene el derecho al uso de cierto bien…
La palabra Leasing proviene del inglés y es posible traducirla como “arrendamiento financiero”. Por Leasing se comprende un contrato realizado entre dos partes, compuestas por un arrendador financiero y un arrendatario financiero.
El contrato de Leasing consiste en que el arrendatario financiero obtiene el derecho al uso de cierto bien que ha sido proveído por el arrendador financiero a cambio del pago de rentas periódicas.
La utilización de dicho bien por parte del arrendatario tiene un plazo establecido en el contrato, que al momento de cumplirse le permite escoger entre varias opciones, entre las que puede devolver el bien, asi como también renovar el contrato para continuar arrendandolo por un período de tiempo que, usualmente, es más corto al anteriormente establecido. Existe una última opción que consiste en comprar el bien a un precio residual, es decir, adquirirlo al monto calculado a partir de la diferencia obtenida entre el precio original en el que arrendador adquirió el bien (en el que se incluyen a demás los intereses y gastos asociados al uso del bien) y las sumas de dinero que el arrendatario ha ido aportando a través de la renta.
Fundamentalmente, existen 2 tipos de leasing, entre los que encontramos el Leasing Financiero. Para que un contrato de leasing se defina como tal el arrendador deberá traspasar la propiedad del bien en cuestión al arrendatario, y debe además considerarse que la duración del contrato de arriendo debe ser a lo menos de un 75% de la vida económica del bien. Por último, como se ha mencionado anteriormente, el arrendatario, si así lo requiere, podrá adquirir el bien, devolverlo o bien renovar el contrato.
Encontramos también el Leasing Operativo que consiste en un contrato en el que el período de arriendo del bien se realiza por períodos más cortos, y donde además, el arrendatario tiene la opción de devolverlo en el momento que le parezca más adecuado, sin aviso previo. Se trata de un contrato mucho más flexible, y es esta la razón de que este tipo de contrato sea el más utilizado.
Como podemos ver las ventajas del leasing son variadas, sin embargo, la más importante consistiría en la posibilidad de obtener determinado bien aún sin contar con con el monto de dinero total necesario para su compra. A través del leasing es posible obtenerlo y darle uso a través del establecimiento de un contrato (con posibilidades de adquirirlo) con un arrendador que lo compra y a quien se le debe pagar una renta a cambio de su préstamo. Como un ejemplo, el leasing en la actualidad se ofrece en algunos lugares para adquirir automóviles, con la opción de compra o recambio por un modelo más nuevo pasados un par de años. Puede ser bastante conveniente, dependiendo del caso.